Una tarde, en un pueblo pequeño donde todos se conocían, un grupo de
jóvenes vio a anciana buscando desesperadamente algo en el jardín frente a su
choza. Todos se acercaron a la pobre anciana para ver si la podían ayudar
Anciana, ¿Qué le pasa? ¿Qué ha perdido? ¿Le podemos ayudar? -le
preguntaron.
La anciana con tono triste contestó – perdí mi aguja de oro…