¡Perder a un ser querido no es fácil! Y esa es una experiencia que lamentablemente muchos han vivido durante los últimos años; Lo cual es aún más doloroso si se trata de un hijo que apenas se estaba formando, pues eso fue lo que le pasó a Justine Zampogna, una joven de 28 años de edad, quien perdió a su pequeña hija antes de nacer.
Su historia ha comenzado a recorrer el mundo, pues esta valiente madre mantuvo a su pequeña hija en sus brazos por breves momentos, tomándose junto a su esposo Ty y su bebé ausente unas conmovedoras fotos que reflejan el amor que se fomentó entre ellos aún sin nacer.
Esta joven australiana se vio obligada a interrumpir su embarazo, debido a que el cerebro de su pequeña hija había dejado de crecer a causa de un mal desarrollo; Su pequeño hijo Chase, se había encariñado también con su embarazo, lo que se evidencia en las imágenes que se muestran durante el tiempo de gestación que esta estuvo en su vientre.
Esta joven australiana se vio obligada a interrumpir su embarazo, debido a que el cerebro de su pequeña hija había dejado de crecer a causa de un mal desarrollo; Su pequeño hijo Chase, se había encariñado también con su embarazo, lo que se evidencia en las imágenes que se muestran durante el tiempo de gestación que esta estuvo en su vientre.
La decisión de abortar no fue una tarea fácil de tomar para esta pequeña familia, pero por sugerencia de su doctor esto era lo mejor, pues Gia no viviría mucho tiempo si llegaba al final de su tiempo de gestación. Por tal motivo, tomó la decisión de interrumpir su embarazo de la manera menos dolorosa, interrumpiendo el funcionamiento de la placenta para después dar a luz a la bebé.
Sin duda alguna, una decisión admirable, llena de amor y valentía que seguirá dando de qué hablar, debido a la posición de muchos ante el la interrupción del embarazo. Lo cierto, es que está joven nos enseña a aceptar las situaciones que nos presenta la vida, siendo capaces de cerrar ciclos, lo que no significa olvidar, sino más bien honrar a quienes dejan huellas que difícilmente podremos olvidar.
Ayer lo vivió Justine, mañana podríamos ser algunos de nosotros; solo nos queda apoyar a quienes se animan a contar sus historias de vida y nos enseñan a amar y demostrar lo que sentimos sin ningún temor a lo que dirán.
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